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Colocar el árbol de navidad, surge de una serie de costumbres ancestrales, para algunas culturas consistía en cortar un árbol para adornarlo o, como hacían los babilonios, para dejar regalos debajo del mismo. Los romanos solían colgar laureles en las puertas de las casas y encender luminarias durante los festivales de invierno, mientras que los celtas decoraban los robles con frutas y velas durante los solsticios de invierno. Desde hace siglos, el árbol ha sido un símbolo de la fertilidad y de la regeneración.
Y ante la imposibilidad de erradicar tales tradiciones, el cristianismo decidió adoptarla. Cuenta la leyenda que en el siglo VIII había un roble consagrado a Thor, en la región de Hesse, Alemania, al cual cada año, durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. Ante tal acto, el misionero Bonifacio taló el árbol y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de paz que “representa la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes y porque su copa señala el cielo”.
A partir de entonces se empezaron a colocar abetos durante la temporada navideña. Dos ciudades se disputan el mérito de haber colocado uno por primera vez en una plaza pública, Estonia en 1441 y Letonia en 1510.
Actualmente, las personas suelen colocar árboles durante las fiestas de invierno al interior de sus hogares, pero existen opiniones encontradas acerca del tipo de arbolito que genera menos impacto ecológico, ¿qué tipo de árbol es más ecológico: natural o artificial? La respuesta es relativa, todo depende del uso que le des a cada uno.
Por ejemplo, aquellos árboles que aún conservan sus raíces pueden colocarse en una maceta e incluso ubicarse al interior de las casas, y dejan una huella de carbono insignificante. Aunque, no funciona igual para aquellos que no tienen raíces.
Hace algunos años, la compañía británica Carbon Trust calculó que un árbol de dos metros sin raíces deja una huella de carbono en 3.5kg CO2e y 16kg CO2, dependiendo si termina quemado o en el basurero. Mientras que un árbol artificial se estima que deja una huella de carbón de 40kg CO2e. No obstante, se pueden reutilizar.
Según la Asociación Americana del Árbol de Navidad, se estima que el 85% de los hogares estadounidenses que adquieren un árbol lo vuelven a utilizar, y en promedio, cada árbol artificial tiene una utilidad de 11 años.
¿Árboles orgánicos?
Existe la posibilidad de adquirir árboles orgánicos, que provienen de un lugar cercano a tu zona y han sido sembrados con ese fin, éstos árboles no utilizan pesticidas y no hay daños a la vida silvestre, aunque evidentemente es una opción más costosa y no se encuentran muchos espacios que los produzcan, en éste enlace puedes ver algunas opciones en Ciudad de México y sus alrededores.
¿Otra alternativa?
Si de plano tienes un gran compromiso con el medio ambiente, y decides no adquirir un árbol natural o artificial, siempre se puede recurrir a algún árbol o planta que ya tengas en casa y decorarlo. O bien, puedes poner en práctica tu creatividad.
Y entonces, ¿qué opción debo elegir?
Cualquiera de las opciones que decidas estará bien, solo recuerda cuidar el medio ambiente, aprovechar al máximo los recursos que tengas a la mano y exponenciar toda tu creatividad. Se pueden tener resultados increíbles con poco presupuesto y cuidando nuestra huella ecológica.
En Desarrolladora RANMAN tenemos las mejores opciones para que habites el hogar que siempre has soñado. Nuestras casas se encuentran diseñadas para brindar el mayor confort a ti a tus seres queridos, para que festejes a lo grande durante éstas fechas ¡permítenos ayudarte!